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VIAJE AL CENTRO JUVENIL BILLINGHURST

Nos acercamos hasta uno de los centros juveniles que la Municipalidad de San Martín desplegó en el distrito, en una política de contención para los jóvenes que va mucho más allá de la alimentación de calidad. Sobre la calle Primera Junta, a pocos metros de la Plaza de Billinghurst, en una pintoresca casona, funciona el Centro Juvenil Billinghurst, donde todos los días, varias decenas de jóvenes adolescentes, comparten alimentación de calidad, talleres diversos, y por sobre todas las cosas, mucho afecto y contención por parte de quienes allí trabajan, bajo la coordinación de Ricardo Subia, uno de los cuadros de la Agrupación Juventud Unida Peronista (JUPe). Desde las 10 de la mañana y hasta las 16 hs, el centro se transforma en el hogar de much@s chic@s. Porque, como ellos mismos nos contaban, la casa no es lo mismo que el hogar, y la mayoría de ell@s atraviesan situaciones lamentables en sus domicilios familiares, desde abusos, hasta violencia, o por la brutal crisis económica que atraviesa el país, la familia se encuentra bajo la línea de pobreza y no puede cubrir las necesidades básicas. Llegamos para la hora del almuerzo, y presenciamos el momento en que, un utilitario del municipio llegaba al lugar con las viandas de comida. En ese mismo instante l@s jóvenes se acercaron y se organizaron para descargar las bandejas en forma mancomunada. "Acá trabajamos en comunidad, acá nadie se sienta a esperar que le sirvan. Es una política que tenemos en el centro, ser una comunidad, trabajar en forma organizada y basada en el respeto mutuo", nos contaba Ricardo Subia. El plato del día se trataba de milanesas napolitanas con papas al horno. "La comida está re buena, siempre comemos carne, verduras, frutas, hasta pescado también. Yo estoy comiendo bastante porque hago boxeo y necesito subir de peso", contaba Uriel, un jóven de 20 años que oficia de "tutor" del centro. Los tutores son referentes de los demás compañeros, y tienen un nivel de colaboración especial con el coordinador, aunque está a la vista que todos colaboran. "Yo me veo a mi mismo hace un año, un año y medio atrás, antes de empezar acá, y era otro Uriel...era un moco", agregó el jóven. Otro detalle que nos llamó la atención, es el nivel de cariño que se tienen entre ellos, abrazos y gestos de afecto en cada rincón, fraternidad y comunidad en su máxima expresión. Allí es un lugar donde encuentran mucho de lo que carecen, desde lo básico hasta lo afectivo. "Yo prefiero estar acá antes que estar en la calle haciendo cagadas", decía Julio, otro de los jóvenes que participan en el centro, luego se levantó el buzo y nos mostró la remera que se había hecho él mismo en el taller de serigrafía; "billinghurst" rezaba la remera en una letra de caracter artístico. En el centro juvenil, se ofrecen talleres y actividades diversas, que abarcan el deporte, el arte y la música, actividades que cubren el aspecto físico e intelectual. Se debate abiertamente sobre diversas temáticas relacionadas a la sexualidad y la adolescencia, las redes sociales, la educación, la religión y la política. Y también se articulan trabajos con otras áreas del municipio, con la finalidad de contener a l@s jóvenes en todos los aspectos, como la salud y la asistencia legal. 

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