El presidente Alberto Fernández "puso el grito en el cielo", cuando la pantalla de su TV mostraba una imágen aterradora: miles de personas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, salían en forma masiva a realizar actividad física. De inmediato tomó el teléfono y llamó al jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta para exponerle su queja. El jefe de gobierno se excusó argumentando la "alta demanda" de actividad deportiva que estaba recibiendo y prometió tomar cartas en el asunto para impedir que la habilitación para la actividad deportiva sea tan caótica. Incuso hoy mismo, la ciudad informó que cerrará algunas calles y avenidas para permitir la desconcentración de los lugares habituales y puntos de actividad física claves de la ciudad.
Fernández está muy preocupado, y también lo está el gobernador Axel Kicillof. Hasta este momento la relación entre el gobierno nacional y los dos distritos principales del país se mostraba sólida y articulada, aunque esta mayor tendencia de Larreta a flexibilizar exageradamente las medidas de aislamiento y distanciamiento social, dejaría asomar algunas diferencias de criterio.
La CABA tiene la misma cantidad de casos que en la provincia de Buenos Aires, la cual cuenta con una población tres veces mayor. Es el distrito con mayor cantidad de casos detectados del país y el que más regulado debería estar.
Es por eso que el gobierno nacional está analizando seriamente la posibilidad de volver al AMBA a la fase 1 de la cuarentena.

